sábado 06 de julio de 2024 - Edición Nº543

Interés General | 12 feb 2024

Cultura fungi

¿Son los suplementos de hongos la próxima gran tendencia de salud?

Desde tinturas hasta barritas de chocolate y alternativas al café en polvo, ¡los productos fungis están en todas partes! Analizamos el crecimiento exponencial de esta industria y los debates en torno a sus beneficios reales para la salud. ¿Son las setas la próxima gran revolución en medicina, o solo un pasajero fenómeno de marketing?


Durante milenios, las setas y hongos se han consumido y utilizado en la medicina tradicional de culturas de todo el mundo. Pero en los últimos años, los productos a base de fúngicos parecen estar brotando como setas. Desde tinturas embotelladas hasta barritas de chocolate y alternativas al café en polvo prometen de todo, desde claridad mental y antienvejecimiento hasta apoyo inmunológico y supresión de tumores.

De hecho, los análisis de la industria predicen que las aplicaciones farmacéuticas de los hongos serán el segmento del mercado de más rápido crecimiento en los próximos años. En todo el mundo, el mercado de los hongos funcionales (que incluye alimentos, bebidas, suplementos dietéticos y productos farmacéuticos) se valoró en casi 26 700 millones de dólares en 2021 y se espera que crezca hasta los 65 800 millones de dólares en 2030, según el informe.

"Los últimos años no se parecen a nada que yo haya visto. El interés que despiertan los hongos no tiene parangón", afirma David Hibbett, profesor de biología de la Universidad Clark (Estados Unidos) especializado en la biología evolutiva de los hongos.

Mientras el "boom de las setas" se afianza, persisten las dudas sobre los beneficios reales para la salud de estos supuestos superalimentos. Aunque algunos herbolarios y otros profesionales pregonan los poderes terapéuticos de diversos hongos, otros micólogos se muestran escépticos e incluso preocupados por estas afirmaciones generalizadas.

 

 

Investigaciones prometedoras sugieren beneficios reales...

Christopher Hobbs, herborista, micólogo y autor de Medicinal Mushrooms: The Essential Guide [Setas medicinales: La Guía Esencial], atribuye la reciente explosión de interés a un crecimiento "exponencial" de la literatura científica sobre las cualidades curativas de los hongos.

El hongo reishi (Ganoderma lucidum), el "hongo de la inmortalidad", se utiliza con fines medicinales en Asia desde hace más de 2000 años para promover la salud y la longevidad. Más recientemente, el hongo ha encontrado su lugar en productos comerciales como gominolas y suplementos dietéticos que afirman hacer de todo, desde promover el "sueño reparador" hasta el "bienestar general y la vitalidad".

Las nuevas investigaciones se han centrado en los betaglucanos derivados del hongo reishi, una fibra soluble que ha demostrado estimular la respuesta inmunitaria e inhibir el crecimiento de tumores en ratones. Un estudio realizado en 2023 descubrió que las poblaciones de células inmunitarias crecían significativamente más entre los 126 participantes humanos a los que se administraron betaglucanos de hongo reishi de forma aleatoria.

Las setas shiitake (Lentinus edodes) también contienen un betaglucano, llamado lentinan, que algunos anuncian por su potencial antidiabético e inmunoterapéutico en humanos. Se ha demostrado que el extracto suprime la diabetes de tipo 1 en ratones y mejora la respuesta inmunitaria en pacientes con cáncer sometidos a quimioterapia.

El chaga (Inonotus obliquus), cuyo uso medicinal se remonta al siglo XII en Europa, es otro de los grandes protagonistas del mercado de los hongos funcionales. Este hongo se receta desde hace tiempo para curar trastornos digestivos, reducir inflamaciones e incluso tratar el cáncer. Recientemente, se ha demostrado que el polisacárido Inonotus obliquus polysaccharide (IOP), un extracto bioactivo de chaga, reduce los niveles de azúcar en sangre en ratones e inhibe el crecimiento de células cancerosas humanas in vitro.


 

... Pero las investigaciones existentes no lo dicen todo

Algunos expertos advierten de que las investigaciones existentes no aportan pruebas suficientes de los beneficios para la salud y que se necesitan más ensayos clínicos a largo plazo.

Según Heather Hallen-Adams, profesora adjunta de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EE. UU.), en comparación con los ensayos clínicos en humanos, los estudios de laboratorio están muy controlados y los resultados no se trasladan necesariamente a la práctica.

Añade que, aunque cada vez hay más investigaciones que demuestran que los compuestos del shiitake, la cola de pavo (Trametes versicolor) y otras setas podrían tener propiedades antitumorales, los estudios se han limitado en gran medida a laboratorios que utilizan células cancerosas en una placa de Petri o roedores genéticamente endogámicos. Los resultados observados en personas reales con distintos tipos de cáncer y antecedentes genéticos complejos serían probablemente muy diferentes y hasta ahora siguen siendo "en gran medida anecdóticos".

La melena de león (Hericium erinaceus), por ejemplo, produce algunos compuestos biológicamente activos que parecen afectar al crecimiento de las células nerviosas. Los primeros estudios también han sugerido la posibilidad de efectos positivos sobre la función cognitiva. "Pero esta observación en sí misma no significa que si comemos melena de león vayamos a ser capaces de prevenir la enfermedad de Alzheimer", afirma Nicholas Money, micólogo y profesor de biología de la Universidad Miami (EE. UU.).

La cola de pavo, quizá la seta medicinal más estudiada, según John Michelotti, micólogo y fundador de Catskill Fungi, es también de gran interés por su función establecida desde hace tiempo en el tratamiento del cáncer. En un trabajo histórico de 1994, investigadores japoneses descubrieron que administrar polisacárido K (PSK) (un compuesto activo de la cola de pavo) además del tratamiento estándar de quimioterapia "ofrece ventajas significativas en la supervivencia frente a la quimioterapia sola en pacientes con resecciones curativas de cánceres gástricos".


 

"Una literatura realmente arriesgada"

Como director médico de medicina integrativa del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, Gary Deng suele recurrir a remedios naturales (como setas, hierbas y acupuntura) de otras tradiciones médicas para complementar el tratamiento. A veces recomienda el extracto polisacárido de cola de pavo como suplemento para determinados pacientes. Sin embargo, se apresura a advertir a la gente contra la autoprescripción sin la aprobación de un médico.

"Cada persona tiene una situación clínica única", afirma.

Por muy convincentes que sean las investigaciones existentes, existen algunas limitaciones obvias. "La gran mayoría de los estudios no son estudios clínicos doble ciego controlados con placebo", el estándar en los procesos de aprobación de medicamentos, dice Hibbett. "Es una literatura realmente arriesgada... hasta que no se llega a los estudios clínicos con personas reales, no se está en condiciones de decir que un producto tiene beneficios reales para la salud".

Y, por muchos estudios que haya que demuestren efectos positivos en humanos, añade, hay algunos que muestran resultados contradictorios o ninguno en absoluto.

En Japón y China, algunos compuestos de hongos, como el lentinan y el PSK, han recibido la aprobación para su uso junto con la quimioterapia en el tratamiento de pacientes con cáncer. Sin embargo, están lejos de entrar en la industria farmacéutica occidental. Aunque actualmente se están llevando a cabo un puñado de estudios clínicos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. aún no ha aprobado ningún extracto de hongos.

 

El "salvaje oeste" de los suplementos de setas

El continuo debate sobre las propiedades medicinales de los hongos apenas ha frenado la industria. Los hongos comestibles se han convertido en un producto básico en la sección de suplementos, con mezclas de hongos en polvo, tinturas concentradas y otros productos que presumen de una gran variedad de beneficios para la salud.

Aunque los suplementos de hongos parecen inofensivos en el peor de los casos, algunos estudios han demostrado su potencial para causar brotes autoinmunes y toxicidad. Pero, mientras los consumidores no los utilicen para sustituir tratamientos médicos probados, la mayoría de los expertos no están preocupados. Y es difícil descartar el poder de la persuasión, o del placebo.

Fuente original: National Geographic 

 

 

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